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lunes, 21 de febrero de 2011

Un puente para el amor


“No quiero que me hagas falta porque no puedo tenerte”

Se acaba el mes de febrero, el mes del amor, y no podía dejar de hablar directa o indirectamnete de este importante suceso. Por eso es que me permito comentar un poco sobre una película que tiene muchop de amor, ternura y pasión. Se trata de Los Puentes de Madison (1995).  paso que aprovecho en retomar a sobre uno de mis actores predilectos: Clint Eastwood.

Los Puentes de Madison (1995) fue una película dirigida y protagonizada por Clint Eastwood y Meryl Streep.


El eje central que sostiene la película gira en torno a la historia de amor que surge entre Francesca Johnson (Meryl  Streep), una adedicada amada de casa de la Iowa rural de los años sesenta y Robert Kincaid (Clint Esatwood), un fotógrafo de mundo de la National Geografiphic quien llega al condado de Madison con la intención de fotografiar por cuatro días los pintorescos puentes cubiertos de dicha localidad.



Esta obra presenta su discurso apelando al recurso narrativo del flash – back; es decir un salto hacia atrás en el tiempo de la historia. Son dos las unidades temáticas narrativas las que se alternan continuamente.
La primera unidad temática, marcada por el tiempo presente, muestra a los hijos adultos de Francesca (Michael y Carolyn) quienes llegan a la casa del condado de Madison con la intención de dar lectura del testamento de su fallecida madre. Sin embargo, tremenda será su sorpresa al descubrir que – la que creían una tranquila ama de casa – conservó por muchos años una historia de amor única.
Es en ese momento que da lugar la segunda unidad temática narrativa de la historia marcada por el tiempo pasado que nos remite a la verdadera trama del film; es decir desde el instante en que se aprecia la vida rutinaria de Francesca como dedicada madre de sus dos hijos y leal esposa. Luego se aprecia la llegada al condado del fotógrafo Robert Kincaid. Entre ambos surgirá el amor que por cuatro días compartirán con infinita pasión.



Un día su esposo e hijos parten rumbo al estado de Illinois para participar en la Semana de la Feria de dicho lugar. Los cuatro días en que se ausenta su familia coinciden con la llegada de Robert Kincaid, fotógrafo de la National Geografhic.
Bajo estas circunstancias, Francesca se sentirá poco a poco atraída por Robert. Su presencia le inquieta. Le llama la atención el conocer a un hombre de mundo con muchas historias que contar.


Ella es consciente de sus actos. Sabe que le es infiel a su esposo con el pensamiento y con sus actos. Pero son sensaciones que muy probablemente su marido dejo de producir en ella. Por esta razón, se dejará llevar por la atracción física que Robert despertará en ella. Pero también se enamorará profundamente de Robert hasta tal punto de amarle con todas sus fuerzas.
Por su parte, Robert Kincaid percibe rápidamente la inquietud que es capaz de despertar en esta mujer de origen italiano. Él sabe lo que ella quiere, por eso no escatimará en satisfacerla. Para Robert, Francesca no es una mujer más. Él también entenderá lo que es el amor hasta tal punto de pedirle que lo deje todo para que se vaya con él. Sin embargo, Francesca optará por su familia porque le importa mucho  - o mejor dicho – teme en demasía “el qué dirán”. Es decir, teme por la sanción moral a la que podrían ser sometidos Richard, Michael y Carolyn si es que ella hubiera optado por abandonarles.



Esta historia de amor servirá – muchos años después – de lección para sus dos hijos quienes sostienen vidas maritales desdichadas. La experiencia de su madre les permitirá enmendar sus errores de pareja.
Visualmente, la estética de esta película se caracteriza por mostrar un bello paisaje rural del condado Madison complementado por la belleza de sus rústicos puentes  cubiertos.
En cuanto a la música over o soundtrack destacan nítidamente la utilización de los blues. Esa música de salón americano que resulta un sello personal de Clint Eastwood en su dilatada filmografía.
Entre tanto, también merecen ser señaladas tres escenas de la película. La primera, en el carro de Robert. En el instante en que Francesca se ofrece a acompañarle a fin de que él pueda encontrar los puentes colgantes que estaba buscando. Él le ofrece un cigarrillo. Francesca acepta. Entonces Robert se acerca a la guantera para buscar su encendedor. Sin querer, él roza  con su brazo la rodilla desnuda de Francesca quien reacciona incómodamente.
La segunda escena, se dada cuando bailando se besan. Luego de una romántica cena, ambos comienzan a bailar. En ese instante han entendido que se sienten mutua atracción. Terminan besándose consumando su pasión en el lecho de amor.
En sí la película posee muy buenos momentos. El más conmovedor resulta casi al final de la película. Luego que en la última noche Francesca decide que no irá con Robert. Él se marcha con la firme esperanza que ella cambiará de parecer. Él permanecerá por unos días más en el pueblo. Pasa  una mañana cuando Francesca cree que todo ha vuelto a la normalidad. Junto con su esposo van al pueblo a hacer las compras caseras. Cuando menos se lo imagina, Robert aparecerá bajo la lluvia esperando por ella. Ambos parten en sus respectivos autos. Ella con su esposo. Él aguardando. En el momento en que se detienen por un instante. El carro de Robert estacionado delante del de su esposo Michael. Un breve lapso que dura la espera que parecerá infinita el esperará por que baje del auto. Pero eso nunca pasará. Es ahí donde definitivamente tomarán rumbos distintos.

Sin duda, los Puentes de Madison es una de las mejores películas que podido ver en cuanto al tema del amor se trata. Es un amor no de jóvenes. Si no de personas adultas que también pueden ilusionarse en años maduros. Y es que siempre las personas nos volveremos a enamorar de verdad pese a que pasen los años.


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