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martes, 14 de diciembre de 2010

El bueno, el malo y el feo.


Il buono, il brutto e il cattivo (1966) es la tercera y última película de la afamada Trilogía del dólar del recordado director italiano Sergio Leone. Para esta ocasión, Leone contó con la participación actoral de Clint Eastwood en el papel de El bueno. Le acompañan en los otros dos roles protagónicos Leen van Cleff como El malo y Eli Wallach como El feo.

La película cuenta que en tiempos de la Guerra de Secesión tres cazadores de recompensas emprenden la búsqueda de un tesoro que ninguno de los tres puede encontrar sin la ayuda de los otros dos. De esta manera, no les queda otra solución que colaborar en apariencia; sin embargo, los tres pistoleros intentarán eliminarse.
Este film de Leone es considerado el más americano de entre los tres. A diferencia de sus dos predecesoras, resalta notoriamente en el contexto de la trama la guerra civil en los Estados Unidos. Además es importante añadir que posteriormente Clint Eastwood tocó el tema de la Guerra de Secesión en su película The outlaw Josey Wales (1975) cuyo personaje principal – Josey Wales – es mucho más que un simple caza recompensas.

Pasemos a comentar un poco esta película presentando a los tres personajes principales de la misma. La película se llama El bueno, el malo y el feo; sin embargo los personajes  aparecen en escena en el siguiente orden: el feo, el malo y el bueno. Es así como los vamos a presentar.

El feo es conocido con el nombre de Tuco. Es el patito feo de la película. Es un ladronzuelo el cual es buscado por los caza recompensas. Su cabeza tiene precio, aunque se ofrezca  poco por él: 1000 dólares. Está confabulado con El bueno. Cada vez que Tuco es capturado por los pistoleros, es cuando interviene El bueno quien le recaptura. Éste se encarga de llevarle al pueblo en donde se le busca. En el preciso momento en que Tuco tiene la soga alrededor de su cuello para ser ahorcado es que se da la intervención de El bueno quien le rescata. Claro está luego que éste ha cobrado la recompensa. De los tres, es el segundo en enterarse de la existencia de un tesoro escondido en el cementerio de la región: Loma Triste. Este dato se lo proporciona un moribundo soldado llamado Bill Carson, aunque la información se la da incompleta.

Por otro lado, El malo responde al sobrenombre de Sentenza. Es un despiadado cazador de asesinos. Su afán es el dinero. No tiene reparo en los medios para obtenerlo. Es un mercenario que dispara sus balas tanto a sus víctimas como a quines solicitan sus servicios. Es el primero, en saber de la existencia de un valioso botín que un tal Jackson – haciéndose llamar ahora Bill Carson – posee luego de que éste haya escapado con un cargamento de oro tras una emboscada yanqui.

Por último, El bueno es simplemente Rubio. Es el hombre sin nombre. Es un diestro pistolero que caza bandoleros, cobra recompensas que se dan por éstos. Está coludido con Tuco. Justamente en la escena en que Rubio camina agonizante por el desierto llevado por Tuco es cuando aquél se entera del nombre específico de la tumba donde se encuentra enterrado el preciado botín. Es la segunda parte del dato que Bill Carson no le dijo a Tuco. La otra parte de la información necesaria para encontrar los 200.000 dólares en oro. Es el dato del nombre de la tumba donde se encuentra enterrado el botín y que ladinamente obtiene Rubio de Bill Carson. Esta información es la que le permite seguir con vida.
De esta manera los tres terminan siendo víctimas  del enfermizo éxtasis por el oro y obligatoriamente necesitarán colaborar en apariencia si es que quieren encontrar el codiciado botín.

Tanto Tuco como Sentenza saben que el oro se encuentra en el cementerio Loma Triste. Por su parte, Rubio solo cono el nombre del ataúd en el que se encuentran escondidas las deseadas monedas. Con inteligencia sabe sacar provecho de la situación.

A lo largo de la película los tres cazas recompensas sortean una serie de pericias. Por otro lado, Rubio y Tuco mantienen una mayor afinidad por lo de su antigua sociedad. Pero ni uno ni otro confían tanto de sí mismos. Son enemigos relativos y eso les da la posibilidad de negociar.
Por su parte, Sentenza es el enemigo absoluto. Su cegado individualismo tarde o temprano le pasa factura ya que; mientras Tuco y Rubio colaboran entre sí, aquél solo actúa solitariamente

Mención aparte merece el tratamiento que Leone hace de la Guerra de Secesión (1861 – 1865). Es una guerra civil de la cual los tres truhanes ven de cerca. No son ajenas a ella. Es un enfrentamiento entre soldados del norte y del sur que desfilan entre pueblos. Son los bandos de regimientos, caballerizas y cañones. La Guerra de Secesión fue un hecho histórico debidamente registrado en los anales de la historia americanaza. Es el acontecimiento oficial.
La otra cara de la moneda son Rubio, Sentenza y Tuco. Son personajes marginales. Simples pistoleros vagabundos y errantes. Ven de cerca la contienda bélica y hasta sacan cierto provecho de la misma. Conocen la crueldad y miseria del enfrentamiento entre hermanos. Su vida cotidiana esta plagada de riesgos constantes. Buscan subsistir. Malviven simplemente. Aunque suene duro decirlo pasarán por esta vida sin pena ni gloria. No formarán parte de la gloriosa historia de los Estados Unidos que más de siglo y medio después sus jóvenes habrán de estudiar en las escuelas públicas, ni mucho menos serán dignos de merecer un monumento por su contribución a la construcción del Estado – Nación de dicho país. Sólo son pistoleros y su habilidad con las armas es lo único que poseen para malvivir.

El desenlace final nos muestra un vez más la impronta de Leone. Un a vez que los tres han llegado al cementerio es cunado empieza resaltar el comportamiento de cada uno. Vemos a un Tuco desesperado por tener el oro en sus manos.  Cava con extrema desesperación. Mientras tanto  Rubio es paciente y calculador. Parece que nada le perturba ni aun cunado El malo le apunta con su revólver. Por su parte Sentenza - a quien le toca bailar con la más fea – nunca sabrá la ubicación exacta del oro ya que termina perdiendo el duelo de tres.
Es justamente la escena del duelo el momento cumbre  de la película. Este se inicia momentos antes cuando Rubio les hace saber a Tuco y a Sentenza que el tesoro no se encontraba en la tumba que El feo había estado cavando. Es en ese instante en que Rubio decide dejarlo todo a la suerte. Astutamente, decide anotar en una piedra el nombre del sepulto en que halla el oro. En ese momento, los tres se desplazan lentamente hacia una especie de plaza circular en se batirán a duelo. Es el instante en que empieza la tensión. Cada uno se estudia milimétricamente.  La música de Ennio Morricone – como a lo largo de todo el film -  acompaña una vez más este tenso momento.

Al final es Rubio quien resulta ganador. Elimina a Sentenza y perdona la vida a Tuco a quien hace cavar en el verdadero sepulto en donde se encuentra el oro. El  lugar exacto respondía al nombre de UNKNOWN (Desconocido).
Nuevamente el hombre sin nombre se salió con la suya. Se lleva la mitad del oro. La otra parte es para Tuco quien al final de cuentas resulta víctima del buen humor negro de Rubio.

Por último, creo que el personaje de Rubio es el principal de entre los tres. Es implacable, pero en el fondo tiene un lado humano. Este antihéroe de los spaghetti western con sombreo, poncho verde y puro en boca tiene un sitial bien ganado en la historia del cine del oeste. Tengo que admitir que aún me resulta un poco difícil describir con mayor precisión a este tipo de películas y personajes complejos. Pero si alguien me pidiera definir de cuerpo entero a un personaje como Rubio, entonces sólo me limitaría en citar a Tuco quien – a final de la película – define en pocas palabras y precisión la personalidad de Rubio diciéndole: “Hey, Blondie… you know whta you are? Just a dirty son of a…”.*



















*Nota: Con este último post damos por concluido el primer capítulo La trilogía del dólar de nuestro esnsayo "Entre armas y caballos: Clint Eastwood y el cine western".










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