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lunes, 27 de diciembre de 2010

Navidades con el Guasón



Navidad, navidad
Linda navidad
Es un día de alegría y felicidad…
…Navidad, navidad
Batman huele
Robin pone un huevo,
El batimóvil pierde una llanta
Y el Guasón se va a escapar…

Cada 25 de diciembre, las personas del mundo entero celebran la fiesta de Navidad. Esta es una fecha muy especial, pues conmemoramos el nacimiento del niño Jesús. Además dicho día tiene muchos significados para cada uno de nosotros. Para unos navidad es reunirse con la familia. Para otros significa regalos nuevos. Están aquéllos para quienes este día les llena de profunda melancolía.

Personalmente para mí navidad significa comer a las 12 de la noche un delicioso pavo o lechón o pollo a la brasa. Luego, tomar una exquisita taza de chocolate con un pedazo de panteón. Claro está después de haber celebrado con una copa de champaña y/o vino.

El 25 de diciembre es poco más que un día común y silvestre. Es un día como todos los feriados: aburrido. Si puedo salgo a jugar bulbito o veo alguna película en mi DVD. Pero desde hace tres años, dicho feriado tiene algo de diferente. Y es que no se trata de que yo vaya a hacer algo extraordinario. Si no que por 30 minutos veré mi capítulo favorito de la serie animada Batman de la Warner Bros titulada Navidades con Guasón.

Así es. Todas las personas que tienen mi edad (24 años) habrán visto alguna vez la serie Batman que se emitía por el canal 4 o por el cable. ¿Cómo olvidarlo? Lo graciosos de esto es que el capítulo con el Guasón nunca lo vi por la TV. No. Sino que lo vi en un DVD que compré hace tres años en el mercado de Santiago de Surco. Desde entonces cada 25 de diciembre veo fervientemente este episodio.

Lo que más llamó mi atención fue el colorido dibujo de Guasón: marcado cabello verde oscuro, rostro cubierto de blanco maquillaje. Su mano derecha _ cuyo dedo índice señala su burlona dentadura – indica que Guasón está tramando una nueva fechoría.

En esta oportunidad, Batman y Robin verán interrumpida la víspera de la navidad por culpa de Guasón quien escapa del Asilo de Arkham trepado en un árbol de navidad-cohete. Ciudad Gótica se ve amenazada nuevamente. El Guasón se apodera de la señal televisiva de la ciudad. Desde el Observatorio Monte Gótico se encarga de contar las fechorías que piensa cometer. Primero, muestra a lo que él considera su “familia perfecta” integrada por el comisionado Gordon, una chica (que no mencionan su nombre) y el asistente del comisionado.
Segundo, el Guasón expresa firmemente su intención en detonar el puente del tren de las 11:30 p.m. de Ciudad Gótica. Tercero, el villano bromista hace de las suyas al colocar - en las calles de la ciudad – una enorme muñeca mecánica Betty Bu que causa serios daños materiales.

Ahora Batman y Robin tienen que encontrar a Guasón antes de la media noche. Será una ardua tarea ya que “nada es fácil con el Guasón”.
El primer que solucionan es el del puente del tren de la ciudad. Éste es detonado por los esbirros de Guasón, así que nuestros héroes enmascarados evitan que se desbarranque con los pasajeros a bordo.
Luego se dirigen al Observatorio Monte Gótico desde donde Guasón transmite su programa “Navidades con el Guasón”. Consiguen sacarlo del “aire”, pero se dan con la sorpresa de que éste no se encuentra en dicho lugar. “Nada es fácil con el Guasón”.
Para esto la ciudad se ve amenazada por la imponente presencia de una enorme muñeca Betty Bu. Batman deduce que este tipo de juguetes solo pueden prevenir del almacén de la Compañía Laffld que hacía tiempo había quebrado. Es así como los enmascarados héroes van a la caza del malvado Guasón. Antes tienen que sortear una serie de obstáculos: muñecos –ametralladoras, juguetes e aviones asesinos, francotiradores, etc.

Finalmente el Guasón hace su aparición estelar. Muestra a sus tres prisioneros (“la familia perfecta”) quienes están a punto de caer dentro de una gran caldera de agua hirviente. Batman arremete contra Guasón. Éste se escabulle ladinamente. Sin embargo, una mala maniobra de The Joker lo pone  a punto de sumergirse en dicha caldera. Batman intervienen rápidamente antes de que aquél caiga. Nuevamente Guasón ha perdido. Una vez más sus planes se han estropeado. Regresa a Arkham desde donde seguramente planeará nuevas fechorías.

martes, 14 de diciembre de 2010

El bueno, el malo y el feo.


Il buono, il brutto e il cattivo (1966) es la tercera y última película de la afamada Trilogía del dólar del recordado director italiano Sergio Leone. Para esta ocasión, Leone contó con la participación actoral de Clint Eastwood en el papel de El bueno. Le acompañan en los otros dos roles protagónicos Leen van Cleff como El malo y Eli Wallach como El feo.

La película cuenta que en tiempos de la Guerra de Secesión tres cazadores de recompensas emprenden la búsqueda de un tesoro que ninguno de los tres puede encontrar sin la ayuda de los otros dos. De esta manera, no les queda otra solución que colaborar en apariencia; sin embargo, los tres pistoleros intentarán eliminarse.
Este film de Leone es considerado el más americano de entre los tres. A diferencia de sus dos predecesoras, resalta notoriamente en el contexto de la trama la guerra civil en los Estados Unidos. Además es importante añadir que posteriormente Clint Eastwood tocó el tema de la Guerra de Secesión en su película The outlaw Josey Wales (1975) cuyo personaje principal – Josey Wales – es mucho más que un simple caza recompensas.

Pasemos a comentar un poco esta película presentando a los tres personajes principales de la misma. La película se llama El bueno, el malo y el feo; sin embargo los personajes  aparecen en escena en el siguiente orden: el feo, el malo y el bueno. Es así como los vamos a presentar.

El feo es conocido con el nombre de Tuco. Es el patito feo de la película. Es un ladronzuelo el cual es buscado por los caza recompensas. Su cabeza tiene precio, aunque se ofrezca  poco por él: 1000 dólares. Está confabulado con El bueno. Cada vez que Tuco es capturado por los pistoleros, es cuando interviene El bueno quien le recaptura. Éste se encarga de llevarle al pueblo en donde se le busca. En el preciso momento en que Tuco tiene la soga alrededor de su cuello para ser ahorcado es que se da la intervención de El bueno quien le rescata. Claro está luego que éste ha cobrado la recompensa. De los tres, es el segundo en enterarse de la existencia de un tesoro escondido en el cementerio de la región: Loma Triste. Este dato se lo proporciona un moribundo soldado llamado Bill Carson, aunque la información se la da incompleta.

Por otro lado, El malo responde al sobrenombre de Sentenza. Es un despiadado cazador de asesinos. Su afán es el dinero. No tiene reparo en los medios para obtenerlo. Es un mercenario que dispara sus balas tanto a sus víctimas como a quines solicitan sus servicios. Es el primero, en saber de la existencia de un valioso botín que un tal Jackson – haciéndose llamar ahora Bill Carson – posee luego de que éste haya escapado con un cargamento de oro tras una emboscada yanqui.

Por último, El bueno es simplemente Rubio. Es el hombre sin nombre. Es un diestro pistolero que caza bandoleros, cobra recompensas que se dan por éstos. Está coludido con Tuco. Justamente en la escena en que Rubio camina agonizante por el desierto llevado por Tuco es cuando aquél se entera del nombre específico de la tumba donde se encuentra enterrado el preciado botín. Es la segunda parte del dato que Bill Carson no le dijo a Tuco. La otra parte de la información necesaria para encontrar los 200.000 dólares en oro. Es el dato del nombre de la tumba donde se encuentra enterrado el botín y que ladinamente obtiene Rubio de Bill Carson. Esta información es la que le permite seguir con vida.
De esta manera los tres terminan siendo víctimas  del enfermizo éxtasis por el oro y obligatoriamente necesitarán colaborar en apariencia si es que quieren encontrar el codiciado botín.

Tanto Tuco como Sentenza saben que el oro se encuentra en el cementerio Loma Triste. Por su parte, Rubio solo cono el nombre del ataúd en el que se encuentran escondidas las deseadas monedas. Con inteligencia sabe sacar provecho de la situación.

A lo largo de la película los tres cazas recompensas sortean una serie de pericias. Por otro lado, Rubio y Tuco mantienen una mayor afinidad por lo de su antigua sociedad. Pero ni uno ni otro confían tanto de sí mismos. Son enemigos relativos y eso les da la posibilidad de negociar.
Por su parte, Sentenza es el enemigo absoluto. Su cegado individualismo tarde o temprano le pasa factura ya que; mientras Tuco y Rubio colaboran entre sí, aquél solo actúa solitariamente

Mención aparte merece el tratamiento que Leone hace de la Guerra de Secesión (1861 – 1865). Es una guerra civil de la cual los tres truhanes ven de cerca. No son ajenas a ella. Es un enfrentamiento entre soldados del norte y del sur que desfilan entre pueblos. Son los bandos de regimientos, caballerizas y cañones. La Guerra de Secesión fue un hecho histórico debidamente registrado en los anales de la historia americanaza. Es el acontecimiento oficial.
La otra cara de la moneda son Rubio, Sentenza y Tuco. Son personajes marginales. Simples pistoleros vagabundos y errantes. Ven de cerca la contienda bélica y hasta sacan cierto provecho de la misma. Conocen la crueldad y miseria del enfrentamiento entre hermanos. Su vida cotidiana esta plagada de riesgos constantes. Buscan subsistir. Malviven simplemente. Aunque suene duro decirlo pasarán por esta vida sin pena ni gloria. No formarán parte de la gloriosa historia de los Estados Unidos que más de siglo y medio después sus jóvenes habrán de estudiar en las escuelas públicas, ni mucho menos serán dignos de merecer un monumento por su contribución a la construcción del Estado – Nación de dicho país. Sólo son pistoleros y su habilidad con las armas es lo único que poseen para malvivir.

El desenlace final nos muestra un vez más la impronta de Leone. Un a vez que los tres han llegado al cementerio es cunado empieza resaltar el comportamiento de cada uno. Vemos a un Tuco desesperado por tener el oro en sus manos.  Cava con extrema desesperación. Mientras tanto  Rubio es paciente y calculador. Parece que nada le perturba ni aun cunado El malo le apunta con su revólver. Por su parte Sentenza - a quien le toca bailar con la más fea – nunca sabrá la ubicación exacta del oro ya que termina perdiendo el duelo de tres.
Es justamente la escena del duelo el momento cumbre  de la película. Este se inicia momentos antes cuando Rubio les hace saber a Tuco y a Sentenza que el tesoro no se encontraba en la tumba que El feo había estado cavando. Es en ese instante en que Rubio decide dejarlo todo a la suerte. Astutamente, decide anotar en una piedra el nombre del sepulto en que halla el oro. En ese momento, los tres se desplazan lentamente hacia una especie de plaza circular en se batirán a duelo. Es el instante en que empieza la tensión. Cada uno se estudia milimétricamente.  La música de Ennio Morricone – como a lo largo de todo el film -  acompaña una vez más este tenso momento.

Al final es Rubio quien resulta ganador. Elimina a Sentenza y perdona la vida a Tuco a quien hace cavar en el verdadero sepulto en donde se encuentra el oro. El  lugar exacto respondía al nombre de UNKNOWN (Desconocido).
Nuevamente el hombre sin nombre se salió con la suya. Se lleva la mitad del oro. La otra parte es para Tuco quien al final de cuentas resulta víctima del buen humor negro de Rubio.

Por último, creo que el personaje de Rubio es el principal de entre los tres. Es implacable, pero en el fondo tiene un lado humano. Este antihéroe de los spaghetti western con sombreo, poncho verde y puro en boca tiene un sitial bien ganado en la historia del cine del oeste. Tengo que admitir que aún me resulta un poco difícil describir con mayor precisión a este tipo de películas y personajes complejos. Pero si alguien me pidiera definir de cuerpo entero a un personaje como Rubio, entonces sólo me limitaría en citar a Tuco quien – a final de la película – define en pocas palabras y precisión la personalidad de Rubio diciéndole: “Hey, Blondie… you know whta you are? Just a dirty son of a…”.*



















*Nota: Con este último post damos por concluido el primer capítulo La trilogía del dólar de nuestro esnsayo "Entre armas y caballos: Clint Eastwood y el cine western".










jueves, 2 de diciembre de 2010

El precio de la muerte

Per qualche dollaro in piú (1965) – conocida en español como Por unos dólares más y también como La muerte tenía un precio – es la segunda película que integra la famosa Trilogía del dólar del afamado director italiano Sergio Leone. Protagonizada por Clint Eastwood, le acompañan en esta oportunidad Gian María Volonté y Leen van Cleff.
Este spaghetti western trata sobre dos cazadores de asesinos (Manco y El Coronel Mortimer), en un inicio rivales entre sí, terminan por unirse con el propósito de cazar al mismo asesino: “El Indio”, un temido y despiadado bandido por el que se ofrece la más jugosa recompensa. Ambos cazadores tienen razones diferentes para atrapar a este bandido. Manco (Clint Eastwood) sigue su instinto por el dinero que ofrecen; mientras que el coronel Douglas Mortimer busca vengar la muerte de su hija a manos del sanguinario “Indio” (Gian María Volonté).
El nombre de la película tiene dos traducciones en español: Por unos dólares más (traducción literal) y La muerte tenía un precio (sentido connotativo). Creo que este segundo título es el más apropiado para la trama de la película. Me permito algunas preguntas: ¿De qué clase de precio hablamos cuando de matar a alguien se trata?, ¿Qué nos impulsa matar a alguien?, ¿Solo alguien mata por dinero o existen razones más fuertes para hacerlo? Trataré de responder estas interrogantes en la medida que vaya comentando los momentos más importantes de este exitoso film a través de los tres personajes principales.
El coronel Mortimer es un ex - militar venido amenos, dedicado a cazar asesinos, busca vengar la muerte de su hija quien fuera víctima de la obsesión desmedida de “El Indio”. Mortimer es frío y técnico en el manejo  de su pistola. Es racional y hermético. Sin embargo, tras esa fría apariencia, guarda el triste recuerdo de su joven hija asesinada. Recuerdo que se hace tangible en el dorado reloj de bolsillo que guarda una foto de su bella hija; además de la dulce melodía que reproduce  - “La Resta dei Conti” del genial músico italiano Ennio Morricone.
Por su parte, Manco (Clint Eastwood) es el hombre sin nombre. Es un hábil pistolero errante cazador de recompensas. Es nuevamente el antihéroe de Leone. Ni bueno ni malo. Sigue sus instintos guiado por el verde aroma del dinero. Por momentos creo que Clint no interpreta el papel protagónico de esta película. Si bien es cierto que aparece como el implacable pistolero vagabundo que todos queremos ver; no obstante solo busca hacerse de dinero. Esto desde ya suena frívolo. Pero claro, es la lógica de los cazadores de recompensas.  Luego, él entiende que los motivos por los que Mortimer persigue a “El Indio”  son más profundos y sanguíneos que los que él sigue. En el duelo final, Manco no aparece como parte sino como juez. Se encarga de “arbitrar” el duelo decisivo entre el coronel Mortimer y El Indio.
El tercer personaje en cuestión es “El Indio” interpretado por Gian maría Volonté. Este personaje es muy similar al de Ramón de per un pugno di dollari (1964) personificado por el mismo actor. A diferencia de Ramón, El Indio - que además de feroz asesino - es un personaje muy obsesionado y demasiado perturbado. Su desequilibrio se traduce en los momentos en que escucha la dulce melodía del reloj de la asesinada hija del coronel Mortimer.
Al final, el coronel Mortimer logra su cometido. Venga la muerte de su hija asesinando a El Indio. Luego de esto, Mortimer le expresa a Manco su intención de no cobrar la mitad de la recompensa ofrecida por capturar a este bandido y sus compinches: “tal vez en otra oportunidad”. Manco termina siendo el más beneficiado económicamente hablando.
Para terminar, tentaré dar respuesta a algunas preguntas que planteamos al inicio de este artículo. La muerte de El Indio tenía un precio tanto para Manco como para el coronel Mortimer. Para el primero, es el precio del dinero “contante y sonante” que se ofrece por la cabeza de este asesino: vivo o muerto. Para el segundo, en cambio, matar a El Indio significa vengar la muerte de su desaparecida hija.

miércoles, 1 de diciembre de 2010

Por un puñado de dólares


Retomando mi ensayo “Entre armas y caballos: Clint Eastwood y el cine del oeste” paso a comentar la película Per un pugno di dollari (Por un puñado de dólares) del primer capítulo titulado La trilogía del dólar. Los otros dos films que luego comentaré en post sucesivos son: Per quelche dollaro in piú (1965) e Il buono, il brutto e il cattivo (1966).
Per un pugno di dollari (1964) es una película italiana dirigida por Sergio Leone y que pertenece al género de los spaghetti western. El reparto estuvo integrado por Clint Eastwood, Marianne Koch, Gian María Volonté entre otros. Este film significó el salto al estrellato de Clint Eastwood como actor protagónico de la pantalla grande.
La trama se desarrolla en México de la segunda mitad del S. XIX, en el pueblo fronterizo de San Miguel. En este lugar predominan la injusticia y el terror. Dos son las familias que se disputan el control del pueblo: los Rojos y los Baxter. Los primeros, dedicados a la venta ilegal de licor; los segundos, a las armas de fuego. Bajo este contexto hace su aparición Joe (Clint Eastwood), un pistolero errante quien- al conocer el caos por el que pasa el pueblo de San Miguel – hará todo lo posible por sacar provecho de esta situación.
Vayamos por partes. Para empezar, el pueblo de San Miguel es un sitio sin autoridades legales. Impera el caos y la violencia que se traduce en un pueblo fantasma en el que dos familias se odian a muerte. Aquí vemos a dos clanes violentos y ambiciosos. Particularmente creo que los Rojos, comandados por don Miguel, Esteban y el implacable Ramón (Gian María Volonté) – con quien Joe tendrá un enfrentamiento al final de la trama - , son la familia más violenta de entre las dos.
Los Rojos tienen una presencia más protagónica a lo largo de la película. Como cuando un equilibrado don Miguel le da un puñado de monedas a Joe por haber asesinado a cuatro hombres de los Baxter. O cuando el fiero Esteban sospecha en todo momento de las intenciones de Joe. Por último, está el temido Ramón - a quien veremos también en Per qualche dollaro in piú como “El Indio”. Éste último es un bandolero empedernido. Disfruta asesinando a la gente. Es violento a más no poder y está perturbadamente obsesionado por Marisol (Marianne Koch), una mujer víctima de los caprichos enfermizos de Ramón.
Por su parte, los Baxter aparecen como los menos malos de la trama. En realidad, buscan vivir en paz con los Rojos. Al final son víctimas de la ira desmedida de éstos quienes, encolerizados tras la huida de Joe, se ensañan con los miembros de esta familia.
Finalmente centrémonos en el personaje de Joe protagonizado por Clint Eastwood. Aquél es un pistolero errante. Poco o nada se conoce del. No se sabe de dónde viene, ni a qué lugar irá. Joe es el hombre sin nombre. Es el americano que piensa en sacar provecho de la situación de anomia existente en San Miguel. Es el extranjero que regresa a saldar cuentas con Ramón. Es el forastero que se encuentra en medio del caos: “de un lado los Rojos, de otro los Baxter”.
Muchos especialistas definen a Joe como un antihéroe. No es bueno. Ni malo. Si bien es cierto que su lógica gira entrono al dinero; hay que aclarar que también existe en él un impulso de bondad y de hombre justiciero. Tal es el caso de Marisol a quien Joe se encargará de ayudar al juntarle con su esposo Julio y su pequeño hijo Jesús. Así también muestra preocupación por Silvanito el cantinero quien – pese a las torturas que le propinan los Rojos- nunca traicionará a su amigo forastero.
 Joe además de ser diestro con su pistola 45 es muy inteligente. Es ladino para negociar tanto con los Baxter como con los Rojos. No sólo tiene el aval de su revólver, sino  también el poder de la información: “La vida de un hombre por aquí depende de una simple información”. Es ahí donde marca la diferencia. Informa a los Baxter de que los Rojos han asesinado a unos soldados mexicanos. A su vez, comunica a los Rojos de que los Baxter saben de la matanza y que van camino al cementerio por los cadáveres y así poder denunciarlos.
Claro que Joe no siempre sale bien librado. Sufre una tremenda paliza una vez que los Rojos descubren que él colabora para los Baxter. Podemos ver que su viveza le hace pasar un mal rato. Palizas como éstas también las padecerá en las otras dos películas de la Trilogía del dólar de Leone.
El enfrentamiento final entre Joe y Ramón se presenta como el momento decisivo de la trama. Creo que esto es algo marcado en  los tres films de Leone. En los tres casos, el desenlace final está marcado por la tensión de los personajes y por la estela redentora del antihéroe (El hombre sin nombre) quien termina siendo la persona decisiva entre el vivir o el morir.
En Por un puñado de dólares, Joe regresa para vengarse de los Rojos. Especialmente retorna para saldar cuentas con el fiero Ramón quien en alguna oportunidad hizo ver a Joe que cuando un hombre con una 45 se encuentra con otro con un rifle (Winchester); el hombre con la pistola será hombre muerto.
Ramón es quien porta un imponente rifle Winchester; mientras Joe, su letal 45. El americano se encarga de demostrarle a Ramón que está completamente equivocado. Llegado el momento en que cada uno disponga solamente de una bala para cargar su arma, será el más hábil y el más rápido el que triunfe.
Por último, si tengo que elegir entre las tres escenas finales de la Trilogía del Dólar; entonces tendría que elegir este como el menos épico. Los dos siguientes son más caballerescos, marcados por la tensión. Pero éste no deja de ser un buen final.
En conclusión, yendo más allá de la trama de esta película, creo que Clint Eastwood supo sacar provecho a la larga de su experiencia europea bajo la dirección de Leone. Posteriormente dio una muy buena perspectiva al género western en las películas que le tocó dirigir. En mi particular punto de vista irá de menos a más. Empezando con La venganza del muerto (1970); El fuera de la ley Josey Wales (1975); El jinete pálido (1985) y por último  en Sin Perdón (1993).